Los niños tienen mucho que decir, pero a menudo las conversaciones en la escuela se reducen a temas académicos, y las redacciones se ven como un ejercicio más de clase, como hacer una suma o responder a una pregunta de examen de ciencias. Freinet decía que esa forma de ver las escritura mata la creatividad y la comunicación escrita como necesidad de expresión vital.  Este verano mi hermana rescató un pequeño libro de redacciones de sus compañeros de clase de cuando tenía diez años. Lo leímos y fue sorprendente. Mi hermana recordaba los compañeros más estudiosos y los menos, y las redacciones más originales y espontáneas no eran precisamente los que mejor nota sacaban. Haz una redacción y luego, ¿para qué? En cambio para Freinet la escritura era lo principal, a partir de ahí se aprendía vocabulario y ortografía de manera natural, sin libros de texto. Ahora que maestros que siguen una pedagogía diferente son nominados a premios de educación y tienen colas de horas para ir a